Tomate gastrobar

Buen trato y servicio, la comida bastante abundante y muy buena de sabor. Pedimos croquetas, huevos rotos con jamón y hamburguesa, la cual está tremenda, con un gran tamaño. Las patatas son caseras, cosa de agradecer. El único imprevisto fue a la hora de pagar, íbamos con la promoción del 50% del tenedor, y de primeras no nos la aplicaron, insistiendonos que no estaba marcada tal promoción en la reserva, aunque finalmente nos lo aplicaron.

Trato y servicio bueno, la comida bien cocinada, abundante y con muy buen sabor. Pedimos croquetas, huevos rotos con jamón y hamburguesa, la cual tiene gran tamaño y está buenísima. El único aspecto negativo, fue a la hora de pagar, no querían aplicar la promoción del 50%, insistiendonos en que no aparecía marcada dicha promoción, aunque finalmente nos lo aplicaron, pienso que no deberían dudar, ni hacerte pasar por dicho momento.

Al llegar, nos pusieron en la parte de abajo (éramos cinco) en una mesa larga que nos incomodaba, y además con una pareja bastante cerca (los dos metros de distancia no existían). El servicio lento, casi una hora esperando los primeros platos. La comida estaba normal, pero nos pareció cara para el plato y cantidad. Lo bueno del sitio es su localización en pleno centro, pero dudo que repitiésemos

Nos metieron en un pub contiguo vacío y pasaban horas hasta que venía el camarero. Atención mala y comida de raciones escasísima

Sitio muy oscuro, la comida está buena pero la mitad de la carta no la tienen y son lentísimos

Mesa incomoda. Pan duro. Huevos rotos con patatas y gulas grasientas e insípidas. El camarero nos dijo que nos pondría una tapa y al final nos trajo un plato de aceite para mojar el pan duro. No sé por qué se llama gastrobar. No obstante, el camarero fue amable, los platos son grandes y las bebidas estaban bien.

La comida está buenísima

Todo bien

Mejor imposible. Desde la atención y la amabilidad de los camareros hasta la calidad de todos los productos de su carta. Muy recomendable el tartar de solomillo de ternera, el jamón de Trevélez, y el Ribera del Duero que nos sirvieron. Un 10. Volveremos seguro.